Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.» Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?»
En los últimos días, he estado fuera del trabajo, preparando para los viajes que comenzarán en la próxima semana. Para evitar el silencio de una casa vacía, decidí a prender la televisión en los canales cristianos por unos días. Una tras otra vez en esta semana, he escuchado los siguientes comentarios de tele-ministros:
"¡Siembra tu semilla en este ministerio y Dios te bendeciré!""No podemos continuar este ministerio sin tu apoyo.""Son las donaciones de ustedes que le hacen posible a este ministerio."Hermanos, quiero aclarar una cosa muy equivocada: Dios no le bendecirá a usted por una inversión en Su obra. Dios bendice a la vida santa y santificada, una vida que esté comprometido a Él y un corazón humilde y dispuesto a seguir la dirección del Espíritu Santo. El dinero de usted no se puede provocar una bendición divina. Aún sus diezmos son solamente una reflexión de una vida entregada a obediencia.
El dinero jamás ha sido un pecado. Sin embargo, la CONFIANZA en el dinero es un pecado. Me entristece a ver ministros del evangelio de Jesucristo tan engañados por el enemigo; pues, no es el dinero que le mantiene a un ministerio; es la gracia de Dios. En la misma manera, no es el dinero que le sostiene a la vida de usted; es la gracia de Dios.
PARA AQUEL QUE TENGA
Dinero es necesario para vivir, y Dios sabe de nuestras necesidades y las provee. Si Dios le ha dado a usted un buen trabajo, o herencia, o bendición financiera, ¡dele gracias! Pero ten en cuenta que es una gran responsabilidad estar confiado con las riquezas, y Dios requerirá el obedecimiento y humildad de usted para distribuir, invertir, y usar su dinero apropiadamente como un buen administrador de sus bendiciones. Los que tienen dinero, tienen la responsabilidad de Dios de apoyar y sostener los que no tienen. El dinero de usted no ha sido dado a usted para invertir en su propio reino, sino para bendecirle a otros. Este es el Reino de Dios.
PARA AQUEL QUE NO TENGA
Si usted está batallando económicamente, no se mortificase. Yo hablo de experiencia: Dios sabe nuestras necesidades, y siempre proveerá para ellas, pero solo cuando tengamos fe; pues, si no estamos esperando en fe para la provisión, jamas la veremos cuando se llegue. Santiago nos recuerda en Santiago 1:5b-8,
...Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.
No seas un yo-yo. (http://www.youtube.com/watch?v=Ww-BoG4m82I) Cree con fé constante.
Es importante recordar que lo que esperamos de Dios a veces esté basado en donde esté nuestro enfoque. Donde esté el tesoro de su corazón, allí estará enfocada su oración. En vez de orar por lo que queremos, es importante preguntarle a Dios de lo que ÉL quiera para nuestras vidas. Muchas veces no podemos ver la provisión de Dios, porque nuestros ojos están enfocados en nuestra meta personal, y no en su dirección eterna.
PARA EL MINISTRO
Si Dios le ha entregado a las manos de usted un ministerio que requiere una inversión, ¡no se preocupe! Dios no necesita dinero del hombre para promover la obra que Él ha iniciado - Él es el Dios de milagros y siempre glorificará a su nombre y proveerá por lo que se ha creado.
Lo que SI requiere Dios son hombres y mujeres de fe, buenos administradores de las bendiciones que Él les dé, y personas íntegras y honestas que trabajan fuertemente y honestamente, que creerán en su provisión y soberanía. Nunca crea su propia meta para su ministerio - asegúrese que cada paso que tome esté presentado delante de Dios, y sea dispuesto a escuchar un "no." Un "no" siempre significa que el plan de Dios es mucho mejor que lo que tenga usted.